Vita

Manop Promsuri, nacido en 1975, vive desde hace 19 años en Alemania, ha estudiado Administración de Empresas, Ingeniería, y Gestión del conocimiento. A parte de conocer a buenas personas, el tiempo de estudios ha supuesto una falta de utilidad. Sus intereses se centran en la cultura, música y cocina. Su creatividad y talento no han podido ponerse en práctica profesionalmente y permanecen como aficiones.

Un largo camino hasta encontrar su suerte y su profesión de ensueño: el masaje Tailandés. Nunca antes hubo pensado en ello, dedicarse al masaje seriamente a pesar de que ya como niño tuvo sus primeras experiencias en este aspecto gracias a su abuela, quien le transmitió sus conocimientos, y a su padre, que siempre ha sufrido malestar corporal y requería de masajes tailandeses para superarlos. Él convencía a su hijo con un par de monedas para golosinas para que le masajeara su espalda.

Así aprendió ya como niño la cultura del masaje tailandés. Mucho más tarde y ya como adulto, ha continuado su formación en un salón de masaje tailandés. Posteriormente no ha podido dejar la idea de disponer de su propio centro de tratamientos. Después de una formación del más alto nivel en el famoso templo/escuela de masajes Wat Pho en Bangkok ha podido acumular conocimientos en las posibilidades curativas de la terápia del masaje tailandés, que ha puesto en práctica ya en varios salones de masaje.

Hoy es él un masajista experimentado y dispone de un gran reconocimiento entre sus clientes.

En este lugar quiere agradecerle a sus profesores del masaje tailandes, al monje Pu Aad del templo Wat Sena Naruemid en el noroeste de Tailandia por su magnífico jardín de hierbas en el que ha podido aprender tando de sus posibilidades curativas.

También quisiera agradecer al médico fallecido hace ya más de 2000 años Jivaka Kumar Bhaccha, padre de la medicina tradicional tailandesa: „Om namo Shivago Marrapajjo Puchaya"